Creo que la pregunta que más veces me han hecho vinculada con los viajes, es la de «¿Es seguro viajar a ese lugar?».
Bueno, esa, y la de «¿Y qué tal se come allí?«.
Para la segunda, si seguís nuestras aventuras viajeras, algo sabréis al respecto, pero prometo dedicarle un post más adelante, al maravilloso arte de mover los carrillos.
Pero hoy hablemos de ese miedo atroz, y digo atroz, porque de verdad que me asombra la de veces que nos planteáis esa pregunta.
Vaya por delante, decir que de imprudentes tenemos poco, y que nosotros siempre vamos acompañados de INTERMUNDIAL, una empresa especializada de manera exclusiva en el sector turístico, que entiende a la perfección las necesidades que tenemos los viajeros, de ahí que dispongas de tantas opciones de seguro, como perfiles de viajeros hay.
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Llevamos muchos años viajando, muchos kilómetros recorridos, y partiendo del detalle que en nuestro caso nunca viajamos con guía ni agencia, que tenemos un espíritu libre y que somos de improvisación total (que esa es una puerta abierta a la aventura y a la incertidumbre de lo que pueda pasarte al día siguiente), tenemos que decir que:
«Nunca nos ha pasado nada grave».
Supongo que el hecho de no viajar a países en conflicto bélico, o, el no movernos por zonas peligrosas a altas horas de la mañana, igual ayuda (vale, sí,…: #ModoIroníaOn).
Pero es que, familia, el mundo es muy grande como para ir a buscar problemas lejos de casa.
Por lo demás, tengo que deciros que no nos cortamos en nada:
Viajar en transporte local
1- Viajamos en transportes locales y volamos en compañías aéreas económicas, que salen a intempestivas horas, lo que significa que cuando el mundo duerme, tú vas en carretera.
pasajeros dentro del vagón del tren en myanmar
aViaje en tren por Myanmar
Alojamiento en calles no turísticas
2 – Dormimos en terceras o cuartas calles alejadas de la vía principal, porque encuentras mejor calidad a precios razonable y para ello, toca atravesar tramos que no están tan iluminadas ni tan «controladas» o con negocios que le dan vida.
burro llevado por su amo por las calles de fez
Un día cualquiera, por cualquier calle de Fez, Marruecos.
Comida callejera
3 – Comemos en la calle, y no sólo porque nos sale más económico, sino porque lo disfrutamos, porque nos hace conocer mejor la cultura local y porque además, debido a la enorme rotación de producto fresco que tienen, descubrirás que es siempre garantía de calidad.
mujer en un mercado de laos, delante de su puesto de comida ambulante
Puesto de comida en un mercado de Laos.
Y sí. Alguna vez hemos pillado alguna descomposición. Pero ninguna más grave que la que he podido tener en España y que no solucione algo de medicación o una visita al médico.
Y es que yo soy de las que me apunto a lo de #viajarlibres , pero es gracias a mi compañero de viajes INTERMUNDIAL: el seguro que nos acompaña en todo momento y que cuida de nosotros para esos momentos en los que se necesita una ayuda.
Contacto con gente local
4 – Nos mezclamos con la gente local: vamos a sus mercados, entramos en sus vidas de lleno adaptándonos al entorno y disfrutando como uno más.
Mujeres indias posando con Ana de zapatillasporelmundo
Recuerdos del Rajasthan.
Más allá de religiones, creencias y dogmas, tenemos la necesidad de conocer su cultura, cultura que además, miramos siempre con muchísimo respeto.
Respeto: hemos llegado a la parte fundamental.
Viajamos a lugares tan diferentes a lo que uno vive día a día, que aceptar costumbres es fundamental para no romper lo que sale de tus esquemas de mente occidental.
Los peligros muchas veces están en nuestra cabeza. Vamos con unos prejuicios de serie y eso implica que nos cueste aceptar costumbres que no son las nuestras.
Pero tranquilos: eso tiene cura: Viaja más.
Y si crees que todavía no funciona: vuelve a viajar.
También soy de las que digo que no todos los destinos sirven para todo el mundo. Pero vuelvo a insistir: el mundo es muy grande: destinos hay miles, porqué pasarlo mal?.
Quizá veas nuestro vídeo de India y pienses que por la manera en la que lo relatamos, por como lo vivimos, tú tienes que ir allí. A lo mejor te equivocas. O a lo mejor no.
El problema es que sino lo pruebas, te quedarás con la duda: podrás vivir con la incógnita?
Viaja libre. Viaja porque te apetece conocer un lugar, por que te mueres por vivir una experiencia y no porque quieras imitar vivir la vida que tiene otro.